La Asociación de Abogados y Notarios Mayas de Guatemala, (ANMAG) surgió en el año 2004, justamente cuando el Estado guatemalteco y particularmente el gobierno de Óscar Berger Perdomo y la Gran Alianza Nacional (GANA), autorizó la licencia para el arranque de las operaciones del proyecto minero Marlin I, de explotación de oro y plata en territorios de comunidades indígenas mames de San Miguel Ixtahuacán y Sipakapa, departamento de San Marcos, luego que los anteriores dos gobiernos: el de Álvaro Arzú y el Partido de Avanzada Nacional (PAN) así como el de Alfonso Portillo y el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) permitieran que Montana Exploradora, la subsidiaria de la transnacional canadiense Goldcorp Inc., se instalara sin haber consultado a las comunidades aledañas y afectadas.

Casi al mismo tiempo, en el año 2006, 12 comunidades de San Juan Sacatepéquez alertaron sobre los movimientos iniciales que el grupo corporativo Cementos Progreso (CEMPRO) venía haciendo, de compra de tierras e instalación para la construcción de la planta cementera “San Gabriel”, sin que tampoco el Estado les hubiera consultado al respecto de su funcionamiento, impactos y beneficios. Esa es la base del conflicto que tiene lugar hasta el día de hoy en San Juan Sacatepéquez que involucra a comunidades kaqchikeles en la defensa de sus tierras y territorios, así como recursos vitales como el agua y contra la contaminación de su medio ambiente, frente a uno de los grupos más emblemáticos de la oligarquía guatemalteca en su afán por explotar riquezas naturales para la acumulación capitalista, con una cauda de dos Estados de Prevención en el año 2009 y 2014, miembros de las comunidades encarcelados con penas centenarias de cárcel, la militarización y criminalización de los liderazgos de la resistencia y varios muertos.

Un conflicto en el que la ANMAG se ha involucrado directamente, apoyando a las comunidades kaqchikeles en la defensa de sus tierras y el derecho a ser consultados, no sin dejar de ser amenazados y criminalizados, no sólo por su labor litigante, sino también porque la defensa de los derechos de los pueblos indígenas representa, en el marco de la implementación del actual modelo de acumulación capitalista, asumir un sujeto que no es permitido por el Estado guatemalteco.

Desde su conformación y a lo largo de su existencia, esa ha sido una valoración y discusión sin resolverse a lo interno de la ANMAG y en su accionar: ingresar al mundo permitido indígena adscribiéndose a las actividades formales que el Estado guatemalteco admite y en donde no se tocan los intereses políticos y económicos; o mantenerse fuera, en los ámbitos del mundo indígena no permitido, esto es, la defensa por el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas sobre la tierra, el territorio y a ser consultados sobre qué tipo de proyectos e inversiones se instalan en sus comunidades. En todo caso, la ANMAG se encuentra en esa frontera donde ha avanzado con aportes, pero también donde su accionar y los casos en los que está involucrada ha generado ya reacciones de los intereses que toca. Es en esa perspectiva donde tiene sentido la propuesta de reformas constitucionales que ha diseñado y planteado teniendo como principal eje el pluralismo jurídico en el marco del proceso de reformas a la Constitución Política de la República para fortalecer el sistema de justicia.

Sin embargo, a lo largo de los años de existencia, los abogados que integran la ANMAG ya se han posicionado en casos que defienden la posesión histórica y los derechos colectivos de los pueblos indígenas –tierra y territorio, derecho a la consulta, libertad de expresión- consignados en el Convenio 169 de la OIT, y que han sido violentados con la instalación de mega inversiones en los ejes principales del modelo de acumulación en boga como minería a cielo abierto, hidroeléctricas u obras de infraestructura de gran calado para la realización de la ganancia, y que están generando resistencias y conflictividad.

La ANMAG tiene por delante continuar precisamente, con la defensa del liderazgo comunitario indígena que está siendo criminalizado y judicializado por parte del Estado guatemalteco, por utilizar su legítimo derecho a la defensa y movilización, a sus formas de organización propias y a sus formas de convivencia con la naturaleza.

¿Cómo y por qué surgió Nim Ajpu?

La Asociación de Abogados y Notarios Mayas Nim Ajpu (ANMAG) es la convergencia de distintas aspiraciones que quieren seguir con la defensa de los derechos de los pueblos indígenas. Su nombre le confiere las cualidades de una agrupación gremial de abogados y notarios, pero al complementarlo con Nim Ajpu, hace de él un esfuerzo de búsqueda y recuperación de la cosmología y cultura Maya. Nim Ajpu, significa Gran Cerbatanero, un guerrero maya que a través del uso de una cerbatana –arma propia de un cazador-, logra vencer y destruir a los personajes de la oscuridad, esta arma aparece asociada a los héroes gemelos Hunajpu e Xbalanqe en su recorrido por el mundo de los señores de  Xibalbá, cuyas historias figuran en la narrativa sobre los orígenes de uno de los pueblos de América Central, registrados en el Popol Vuh.

Sus precursores fueron estudiantes de la Universidad de San Carlos (USAC), en la Facultad de Derecho.

Fue difícil vernos participando en la Asociación de Estudiantes de Derecho, muchos eran los motivos y no viene al caso explicarlos aquí. Éramos unos 10 o 12 estudiantes mayas, un grupo bastante activo, en su mayoría eran mujeres. Al principio formamos la Asociación de Estudiantes Mayas de Derecho; no llegamos a tener una calidad jurídica; nunca competimos en nada en la facultad. La universidad funciona por cuotas de poder y espacios de poder, que nosotros en ese entonces, no conocíamos cómo funcionaban y en la lógica de nuestro quehacer, tampoco estaba dentro de nuestros objetivos participar en las competencias políticas y espacios estudiantiles de la universidad.

Nuestro objetivo era visibilizar la presencia indígena en la universidad y fundamentalmente llamar a la conciencia del ser indígena. Queríamos hacer un llamado a los estudiantes indígenas de la universidad, asunto bastante difícil porque la universidad al cobijarnos siendo indígenas, nos transforma inmediatamente, nos hace ser otros y nos distanciamos de la realidad cultural, política y de demanda histórica de nuestros pueblos.

Distinta puede ser la experiencia de aquellas/os estudiantes que pasaron por las aulas universitarias de la sede en Quetzaltenango; o bien, los profesores que presidían algunos cursos; el curso de Economía Política fue el primer encuentro con la historia de Guatemala, lo que en la educación primaria y secundaria se había conocido en forma de una leyenda.

Hicimos varias actividades: desde reuniones de reflexión, llamado de conciencia y se participó en procesos paralelos a la universidad o externos a la universidad, principalmente con el movimiento campesino y empezábamos a entender a las autoridades comunitarias; tema bastante nuevo, incluso tan nuevo y ajeno para las mismas organizaciones indígenas. Nos acercamos a esos temas, finalmente había que graduarse de la universidad. No siendo por promoción, uno por uno fue saliendo, y fundamos la Asociación.

Aunque siguieron participando algunos estudiantes, el enfoque se centró en los profesionales.

Al ser ya abogados enfrentamos otro tipo de circunstancias. Ahí sí queríamos participar en los espacios dentro de la universidad y de elección en el Colegio de Abogados, porque siempre éramos masa electoral y ahí no votan los estudiantes; obviamente hubo un pequeño distanciamiento y debilitamiento inmediato de la agrupación estudiantil.

Al nacer la ANMAG, inmediatamente se debilita el proyecto de Asociación de Estudiantes Mayas.

Prácticamente desaparece porque hicimos un traslado; los que éramos estudiantes nos convertimos en abogados y como abogados empezamos a acompañar estudiantes para que se graduaran, no para que tuvieran un activismo dentro de la universidad. No nos interesó el activismo dentro de la universidad; lo único que nos interesó, incluyendo a los estudiantes, fue la discusión de la reforma curricular que tuvo lugar entre el 2000 y 2004.

A fines del 2003, dentro de la Facultad de Derecho, se planteó la creación del Departamento de Derechos de los Pueblos Indígenas, adscrito al Área de Derecho Público, del que fue nombrado como director el Doctor Carlos Guzmán Böckler y subdirector el Licenciado Amílcar Pop. A pesar que dicho departamento, en teoría iniciaría actividades en enero de 2004, hasta la fecha no ha sido creado. No obstante, este planteamiento sirvió de referente para el activismo de estudiantes indígenas; éstos coordinaron un evento en que se dio a conocer el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales, cuyos ejemplares habían sido donados por las recién creadas Defensorías Indígenas (2001) del Instituto de la Defensa Pública Penal (IDPP).

Los fundadores

Nim Ajpu fue fundada por veinte abogados mayas aproximadamente de todo el país; ya para entonces, Amílcar de Jesús Pop Ac era el Director de la Defensoría Indígena del Instituto de la Defensa Pública Penal (IDPP), y las primeras alianzas se hicieron con los abogados Defensores Indígenas de 12 Oficinas Regionales de dicha institución. Más adelante se sumaron abogados que antiguamente laboraron en organizaciones de derechos humanos, otras dependencias públicas y abogados con recorridos dentro de las organizaciones campesinas.

Así se fue conformando una red de abogados mayas cuyos puntos de encuentros eran, además de Nim Ajpu, las dependencias públicas, las oenegés, los tribunales, las organizaciones mayas, las comunidades indígenas.

Al igual que los socios activos, los fundadores se auto identificaban de ascendencia maya y algunos ocupaban puesto públicos:

 

–            Carlos Hugo Leal Tot, Cobán, q’eqchi’.

–            Julio Salvador Pérez Hernández, Chimaltenango, kaqchikel.

–            Amílcar de Jesús Pop Ac, q’eqchi’.

–            Yolanda Isolina Pastor Cojulun, Huehuetenango.

–            Julio Jerónimo Xitumul, Rabinal, Achi.

–            Miguel Ángel Cujá Xitumul, Guatemala.

–            Flor América MuxCurruchiche, Chimaltenango, Kaqchikel.

–            Carmela Curup Chajón, San Juan Sacatepéquez, Kaqchikel.

–            Héctor Oswaldo ChocXol, San Pedro Carchá, q’eqchi’.

–            Israel Odavias Tixal Mul, Cantel.

–            Luis Humberto Quiché Batz, Santa Lucía Utatlán, Sololá.

–            José Alfredo Miculax Choc, Guatemala.

–            Rita Marina García Ajquijay, San Andrés Semetabaj, Sololá.

–            Carlos Antonio Pop Ac, Cobán, q’eqchi’.

–            Olivia Sian Chávez, San Juan Sacatepéquez.

–            Carlos Humberto Pacay Poou, q’eqchi’.

–            Marco Antonio Curruchich Mux, San Juan Comalapa, Kaqchikel.

–            José Mynor Par Usen, Chimaltenango, Kaqchikel.

–            Rodrigo Amado Xajil Martín, San Martín Jilotepeque, Kaqchikel.

–            Santos Sajbochol Gómez, San Juan Comalapa, Kaqchikel.